jueves, 2 de febrero de 2017

55. MEANO CON NIEVE (4k) Meano



Es la tercera o cuarta vez que subimos a Meano a hacer un pequeño paseo para disfrutar de las copiosas nevadas que caen en este pequeño pueblo situado a menos de media hora de Logroño.

Sábado 14 de enero del 2017 poco antes de la una del mediodía. Carretera limpia. Aparcamos en la entrada del pueblo y a la vista del espesor de la nevada, dejamos las raquetas en el coche (el año pasado fueron imprescindibles). Eso sí, Rosalía se puso los protectores. Yo pensé que podía pasar sin ellos.


Cruzamos el pueblo camino del cementerio


y nada más pasarlo (previa foto de rigor), tomamos el primer camino a la derecha.



Pero ese camino muere en una bonita campa nevada en la que otras veces nos hemos sentido algo perdidos por la cantidad de nieve que había.


Gracias a las rodadas que acababa de hacer un chaval con una moto de motocross que bajaba justo cuando nosotros pasábamos por el cementerio, vimos que el camino que hay en la parte de arriba de la campa no sólo va hacia la derecha sino también a la izquierda, es decir, hacia la gran cortada o cantera que es el punto de referencia más claro del recorrido (km 1,2). En la explanada de la cortada hay hasta un banco para contemplar el paisaje:


No estaba para sentarse pero la contemplación era obligada porque el cielo estaba maravilloso:


Seguimos hacia delante confiando que el cruce con el camino de retorno que hay un poco más abajo no estuviera muy lejos. Y no lo estaba: justo en el km 2. Ese camino es más cerrado y menos transitado por vehículos todo terreno, por lo que disfrutamos de lo lindo abriendo la primera huella:


¿Cómo es posible que la gente que sube de Logroño a Meano a disfrutar de la nieve se quede siempre en la carretera? ¡Con lo bonito que es dar un pequeño paseo en soledad! Bueno, espero que no sean muchos los que lean este blog porque nosotros seguiremos yendo a pasear por allí cuando tengamos ganas de pisar nieve y no tengamos un plan montañero más ambicioso.


Poco antes de llegar a ese gran árbol (2,8 k) volvían las rodadas: cien o doscientos metros atrás aparecen otros dos caminos más por la derecha que van hasta el límite inferior del bosque. Dos caminos a recorrer cuando haya menos nieve o más ganas de andar.


Aunque el camino bonito de veras es este de en medio que descubrimos en este pequeño paseo matutino de sábado y en el que yo también quería ser fotografiado.

¡Ah! un detalle a recordar: en tan solo esos cuatro kilómetros las botas de monte de "goretex" que compramos hace unos años en Sallent de Gállego me calaron bien de veras los calcetines dejándome los pies helados. Así que..., a jubilarlas para la nieve, y a comprar otras menos transpirables y más impermeables.

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