El segundo paseo por la Isla de Reunión, cerca de casa, lo hicimos junto al mar. Circuito de seis kilómetros completamente llano pero con una gran diferencia de piso entre la ida y la vuelta: arenoso junto al mar y compacto en el regreso. Vegetación más seca y cerrada en el primer tramo del sendero:
El sendero va paralelo a una especie de cauce rectilíneo que no sé muy bien a qué responde. Lo vemos hacia arriba cuando llegamos cerca del mar:
Parece un viejo cauce seco. En cualquier caso la duna de pedruscos del borde del mar cierra su posible salida.
Desde ahí hasta el final, el sendero discurre por un terreno salvaje de borde marino, aunque las piedras que lo van delimitando, lo hacen algo más amable
Las olas baten las grandes piedras de la playa haciendo un ruido bronco y tenebroso.
Algunos artistas amateur de land art se han entretenido en levantar grandes cahíres que amenizan el trayecto.
A los tres kilómetros del aparcamiento donde dejamos el coche llegamos a la gola del Etang, cerrada también al mar por una gran acumulación de pedruscos. Aún se ven los machones del puente del viejo ferrocarril que unía Saint Denis con Sant Pierre:
Refrescados por las nubes de agua pulverizada que se forman al romper las olas, almorzamos allí mismo antes de volver.
Cosa que hacemos por el camino de firme más estable que empieza junto al Etang, aunque luego se hace un poco más seco y ruidoso por ir junto a la autopista.
En total, 6 kms.
Paseo matinal del 20 de julio del 2016
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