llegando al lomo desde la cuesta de las bodegas
Ausejo
Al final del cumbrero desaparece el camino y hay que bajar por la parte superior de un ribazo; la traza es bastante evidente y por suerte, no hay pinchos (zona marcada en amarillo)
Al acabar el recorrido visitamos las desoladoras ruinas de la ermita de los Santos Justo y Pastor que están tal y como las vi en el 2005 (v Ruinas 6).
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