Primero dejamos al equipo de Amaya en el camino asfaltado y los del equipo montañero aparcamos la furgo en las inmediaciones del inicio del camino que sube al cerrito de la antena.
Los del camino asfaltado se me quejaron luego de que por allí pasaban más coches que por la autovía y los del camino montañero descubrimos que la embocadura del camino estaba llena de cagadas de perro, con incluso mal olor general. Afortunadamente, o los paseantes con perro no siguen más allá del primer repechón o los perros cagan siempre al inicio de la cuesta, y para cuando estábamos en esta foto ya respirábamos contentos.
El camino tiene buen piso hasta un depósito de aguas que está hacia la mitad del cerro; luego viene la parte más rústica y montañera (la que más le gusta a Diego)
ya estamos arriba, hurra
Llegados al embalse le damos la vuelta en SAR descubriendo que la presa es también territorio elegido por los paseantes de perros para que hagan sus necesidades (Fernando contó 59 cagadas de perro en la mitad de la presa más cercana al parking de coches....). Pero lo peor de todo es que el pinar del fondo es también territorio elegido por los pescadores para hacer de mayores y dejar sus cagadas rodeadas de papelitos.
Pobre Amaya: "vaya sitios por donde me lleváis, abuelos..." bueeno, el camino de regreso por el lado oriental del cerro no estuvo mal y el vermut en el Bar Galería, tampoco ¿eh?
Le tenía cariño a este paseo, pero es para no volver. Vaya con los dueños de los perros de Navarrete...:¿no se dan cuenta de que son legión y que ya no pueden permitir a sus bichos que dejen cagaditas por todas partes? Con tanta mierda de perro (y de no perros) por el camino, Diego se aprendió bien el pareado: "Navarrete, caga y vete"
el bucle ese raro tiene su explicación en que solo por ahí podíamos subir con el carrito de Amaya
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